Desde que tengo uso de razón siempre escuche, tanto en el barrio como en el colegio, en reuniones entre amigos que las mujeres más calientes y adictas al sexo son las charapas xxx. Nunca tuve la oportunidad de confirmar dichos rumores, pero hace unos meses se mudó al vecindario una familia proveniente de Loreto, conociendo de esta forma a Indira la mujer más fogosa de la selva.
Una tarde mientras lavaba mi carro se acercó ella, mi vecina Indira e iniciamos una amena plática entre nuevos amigos. La conversación se fue extendiendo ya que ella me contaba que su esposo llegaba un poco tarde del trabajo y se sentía sola en casa por eso es que buscaba socializar con los nuevos vecinos. Mientras ella, la más rica de las charapas xxx me seguía contando sus cosas yo quise terminar de revisar mi auto y proseguí con los niveles de aceite.
Como me percate de algo extraño con los niveles, tuve que revisar el fondo del carro y me acosté en el piso para ver la parte baja del motor. En ese momento me quede sorprendido al notar que mi vecina Indira se acerca hacia donde yo me encontraba para seguir con sus relatos, dejándome ver sus hermosas piernas y la espléndida trusa rosada que llevaba que contrastaba con su piel trigueña. Ella noto que me distraje con su presencia y mirando por encima del auto me sonrió con esa picardía de las charapas xxx y realizo un par de movimientos de cadera como para que pudiera ver con detalle su monumental parte baja.
Después de un buen rato en el que tenía un panorama hermoso frente a mis ojos mi vecina se despide porque ya estaba por llegar su esposo y debía prepararle la cena. Esa noche me quede pensando en lo ocurrido en la cochera con Indira ¿estaría provocándome para ver mi reacción o simplemente fue una casualidad? Desde ese día no dejo de pensar en ella y en sus par de piernas bien formadas y ese calzoncito rosa abultado que me regalo como visión esa tarde en mi garaje. Ella una de las charapas xxx tiene 26 años, es trigueña y tiene un cuerpo de diosa.
Desde que se mudó al barrio no habíamos tenido oportunidad de frecuentar, ahora busco la manera de cruzármela o de conversar con ella. Cada vez que la veía me daba cuenta de lo buenota que estaba la Indira, tanto así que la miraba por la ventana sin que ella me viera y poco a poco me sentí como un imbécil espiando a una mujer casada. Decidí olvidarla, hasta que un día se acercó ella, la más caliente de las charapas xxx y su marido a conversar a la casa un rato invitadas por mi esposa y terminamos jugando una partida al billar en el patio de la casa.
Mientras jugábamos en parejas observaba a Indira, estaba muy guapa con una hermosa minifalda y un top ceñido que me dejaban apreciar sus pechos redondos a la perfección y pude notar que no traía brasier. Luego de una hora de juego mi mujer se fue a la cocina para ver la cena. Al rato llamaron por teléfono al marido de la más rica de las charapas xxx y nos quedamos los dos esperando a que volvieran. Ella me propuso entonces que juguemos los dos soles y yo accedí. Se colocaba un poco alejada de la mesa inclinándose hacia adelante permitiéndome verle mucho más de lo que había visto en el garaje. Esta vez Indira no llevaba trusa y su conchita estaba peladita. Ella miraba disimuladamente hacia atrás mientras jugaba para comprobar que yo la miraba. Al principio trate de disimular, pero como repitió una y otra vez esa posición ya no podía evitar mirarle todo el trasero hermoso que se manejaba. De pronto regreso su marido y le dijo que tenían que salir urgente y nos despedimos.
Mi cabeza empezó otra vez a pensar obsesivamente en ella, es que Indira era tan guapa, estaba tan rica y además me provocaba cada vez que podía. Volví entonces a observarla por la ventana, cada movimiento que daba, cada vez que salía, era mi vecina la más fogosa de las charapas xxx mi mayor obsesión. Ella sabía eso y se aprovechaba. Una tarde entro en su habitación que tiene vista a nuestro tragaluz y se comenzó a cambiar de ropa justo enfrente de mi ventana sin correr la cortina. Pude ver sus hermosos pechos y parte de su cuerpo desnudo lo cual me excito tremendamente. Lo hizo con calma, despacio y dándose vuelta para ofrecer una vista completa de su desnudez. Era más que seguro que Indira sabía que la estaba espiando.
Los días siguientes paraba pegado a la ventana del tragaluz para intentar volver a ver a mi vecina como Dios la trajo al mundo pero nunca apareció. Una tarde mi mujer había salido y me fui directo a la ventana para ver si esta vez tenía suerte, cuando de pronto tocaron a la puerta. Abrí y ahí estaba ella, mi favorita de las charapas xxx. Me comento que su marido no estaba y si podía ir a su casa para cambiarle un foco de su habitación ya que se había quedado sin luz. Cogí una escalera y la acompañe. Al verla caminar delante mío con su minifalda que se levantaba con el viento tuve unos deseos tremendos de abrazarla y sentir aquel culazo, apretarle aquellos pechos y acariciar sus piernas que tanta locura me estaban produciendo.
Entramos a su habitación, si la misma que se veía desde mi ventana, le cambie el foco quemado y de pronto mientras guardaba mis implementos en la maleta que lleve me dijo: “quédate aquí un momento que vas a ver lo que no pudiste ver el otro día”. Entonces se quitó el vestido que traía puesto y me mostro su cuerpo de las charapas xxx completamente desnudo. “Cuando quieras verme así pídemelo, es mejor que mirarme desde lejos. Además no hay peligro de que tu mujer te sorprenda” me dijo coquetamente Indira. No pude contenerme y me abalance sobre ella, besando sus pechos y acariciando su cuerpo desnudo y tibio con tal pasión que ella sintió mi fuego provocándole algunos gemidos. Me saco el polo y nos besamos deliciosamente. Me abrazo tiernamente recostando su cabeza sobre mi pecho desnudo, luego se puso frente mío y me dejo sentir sus pechos sobre los míos. La abrace fuertemente entonces hasta que se quedara sin aliento, ella me miro con mucho deseo y me continuo besando alimentando el morbo en mí.
Deslice lentamente mi mano hacia su conchita y note que estaba completamente húmeda y lista para recibir mi más violenta embestida. Ella termino por quitarme los pantalones y la trusa y nos fuimos a su cama. Hicimos el amor apasionadamente y así fue que disfrutamos de aquella aventura prohibida hasta que se terminaron nuestras fuerzas. Nos vestimos rápidamente ya que no tardaba en llegar su esposo y yo me fui contento a mi casa cargando mi escalera y con el sabor en mis labios de haber tenido mi primera experiencia con la más sensual de las charapas xxx.
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